Mika ha caído en una relación prohibida con su hijastro Yosuke. Ya voy. Al escuchar estas palabras de su marido, el cuerpo de Mika se calienta involuntariamente y el dulce jugo de amor se desborda del tarro de miel. Se suponía que iba a ser sólo un acto para llenar la soledad que a su marido no le importa, pero ahora Mika se ha vuelto completamente adicta a la polla de Yosuke. No puedo enfrentar al mundo... Aunque lo creo, no puedo enfrentar al mundo por el placer que me da Yosuke.