Compré mi propia casa en Tokio, que era mi sueño. Su suegro, su marido y Hiro lograron pagar la costosa hipoteca, pero cuando su suegro enfermó y no pudo trabajar, no pudieron pagar el préstamo. Preocupado, Hiro le pide al agente inmobiliario que lo cuidó que use su cuerpo para pagar el préstamo, y ofrece su cuerpo a los deseos de los hombres...