Mi novia volvió a casa de sus padres por mi aventura... ¡Decidí prohibir el amor desde la masturbación como purificación! Sin embargo, la hermana mayor de mi novia, Ayaka, que actúa como vigía, me ve y se le ocurre un juego egoísta. Te haré sentir bien, pero no puedes eyacular, le dije, dándole una mamada imprudente en mi sensible pene, ¡y al instante exploté! ¡Y se desmaya en agonía con una mamada de limpieza que lo lleva todo, desde el semen a la nada! al final