Después de jubilarse, Hiroko trabaja como secretaria de Sugiura, el presidente de la agencia de talentos a la que alguna vez perteneció. Una noche, mientras Hiroko se preparaba para irse a casa después de trabajar horas extras, vio pantimedias en el cajón de Sugiura. Hiroko parece sospechoso. ...Desafortunadamente, Sugiura, quien se suponía había regresado, regresa... Hiroko vislumbra los fetiches sexuales ocultos de Sugiura.