Mi suegra, Ayaka, vive en nuestra casa para ayudar a mi esposa en su tercer trimestre de embarazo. Ayaka actúa como mediadora entre mi inestable esposa y yo, pero he llegado a mi límite debido a la orden que ella me dio de no masturbarme. Entonces, un día, ve el sostén de Ayaka en el vestuario, su racionalidad colapsa y se lo ve oliéndolo. Sin embargo, Aya