``Uno de mis actos pervertidos favoritos es ponerle los cuernos... y me gustaría verla siendo follada por otro hombre...'' Ese fue el deseo que de repente me transmitió mi novio. No hay manera de que me sintiera mejor teniendo sexo con otro hombre, pero cuando él me lo pidió, fue difícil para mí negarme, así que terminé aceptándolo. Pero en realidad, me llevó a un hotel un travieso hombre bronceado con una polla más grande que la de mi novio.