Reina, una nueva enfermera, recomienda que su amado prometido sea ingresado en el hospital donde ella trabaja para encontrar la cura a una enfermedad grave e incurable. Como resultado de la prueba, se determinó que la afección sólo podía tratarse con medicamentos no aprobados en el extranjero. El director le pide que le entregue el cuerpo juvenil de Reina a cambio de permitirle utilizar el medicamento para uso clínico, aunque no se puede utilizar con normalidad. Quería salvarlo, así que acepté las condiciones.