Cuando regresé a casa por primera vez en varios años, mi hermana todavía era una nini letárgica y recluida. Pasa el día vestido desaliñado, actúa imprudentemente y es duro con su madre. Personas que ya han renunciado a la vida. Pero fui yo quien más le puso las manos encima a mi hermana... Me excité con las grandes tetas que se podían ver a través de la camiseta de Darudal, y cuando inserté mi polla, habían pasado años desde el coño de luto de mi hermana.