Un amigo le pide a Yuka que trabaje a tiempo parcial como repartidor. Aunque estaba un poco cansado de las multitudes en el tren de cercanías, se subió al tren con la esperanza de encontrar su nuevo lugar de trabajo. Pero desafortunadamente, un pervertido juega con su cuerpo vulnerable... A medida que el abusador la tortura repetidamente, su cuerpo frustrado gradualmente comienza a aceptar la caricia implacable. Mientras repite esos días, Yuka sufre abusos sexuales en un tren lleno de gente.