Una joven esposa que se supone debe estar casada y tener una vida feliz, pero no está satisfecha. Un día, una amiga ama de casa me ofreció trabajo en un salón de belleza masculino. Cuando comencé sin decírselo a mi marido, el cliente me tocaba persistentemente. Incapaz de negarse, cuando sus enormes pechos y su deseo sexual se despiertan, la racionalidad que había reprimido se sale de control...