Hasta que me mudé a Tokio, era una persona tranquila que no destacaba, y eso me acomplejaba. Entonces, cuando conseguí trabajo, traté de ser una mujer alegre prestando atención a la moda y el maquillaje, y justo cuando poco a poco iba ganando confianza en mí misma, conocí a Hiroshi y comencé a salir con él. Por eso, cuando Hiroshi me dijo que debía mejorar más, me interesé y decidí conectarme.