Cuando le confesé a Natsu Sano, una chica sencilla de mi clase que estaba callada en el borde del aula, como un juego de castigo, ella sorprendentemente lo aceptó. Estaba planeando romper con él de inmediato, pero… seguí chupándolo hasta que se limpió la polla, bebió su orina y echó a chorros. ¡Era un chico lindo que me amaba tanto que me hizo una mamada caliente! Si se lo pides, te dará semen enseguida y te rogará que te lo tragues. Como exprimirlo con la boca llena de saliva.