Compré a Nomeru, una colegiala que encontré en un sitio de caza de papás, por una noche y jugué con ella todo lo que quise en mi casa. Tameru llega empapada por la lluvia y, contrariamente a su bonita apariencia, su cuerpo parece haberse convertido en el de una mujer adulta. Meru me miró con una mirada sospechosa que podría interpretarse como desprecio. No importa, al contrario, me excita más. Un viejo sucio, un viejo pervertido... cuanto más piensas en él, más crece tu deseo.