Mi primera novia, Ai-chan, me nació virgen. Aunque parece sencilla, tiene un gran estilo y es una chica muy agradable. Sin embargo, su amor por mí es demasiado grande... su apariencia cambia día a día y su deseo sexual aumenta. Está bien ser linda y erótica porque sólo quieres agradar, pero poco a poco te conviertes en una perra incontrolable y el amor y el deseo sexual de un peso pesado empieza a pesar sobre mí...