El incomparable pistón de su odiado jefe la hace correrse una y otra vez hasta la mañana... ``Qué cuerpo más lascivo... Si eres mi pareja, puedo recibir tantos golpes como quiera''. Las tetas grandes no pueden resistir la lujuria que se vuelve loca una y otra vez con las erecciones. Señora de la oficina…. Gerente... no, ¡me estoy acabando otra vez! El peor giro de los acontecimientos da un giro... hacia una relación de placer y éxtasis cubierta de saliva y jugos de amor Todavía me estoy acabando... ¡¡Voy a correrme otra vez!! Aibe en una posada local.